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EL ÓPTICO-OPTOMETRISTA
EN EL CONTROL DE LA DIABETES
que en varones de edad similar, y es por ello importante discutir este tema con
las pacientes jóvenes cuya DM está mal controlada.
La comunicación efectiva y colaboración entre todas las partes implicadas en
el cuidado compartido del paciente diabético resulta en una optimización en la
calidad de vida del paciente y una disminución global de los costes asociados.
Ha de establecerse un sistema para referir el cuidado preventivo, así como los
casos con necesidades urgentes y no simplemente informar al paciente de la
necesidad de consultar a un especialista. Se ha demostrado que la comunicación
basada en técnicas motivacionales en pacientes con condiciones crónicas son de
gran ayuda, modifi can hábitos de vida y ayudan a preservar una salud óptima.
Es praxis habitual tras la evaluación de un paciente el concluir la consulta con un
resumen, en lenguaje no técnico, de los principales hallazgos de la revisión, tanto
si los ojos están sanos como si existen alteraciones signifi cativas (de refracción,
presión intraocular, fondo de ojo, etcétera). Si además el paciente es diabético,
dicho resumen debe indicar que una visión excelente no es sinónimo de un ojo
sin retinopatía, animando al paciente a acudir en cualquier momento a consulta si
nota algún síntoma visual (empeoramiento rápido de la visión, fl ashes o moscas
volantes...). Es de gran importancia que el paciente entienda la importancia de
las revisiones frecuentes para un diagnóstico precoz y un tratamiento temprano.
El paciente diabético no está expuesto solo a la retinopatía, sino que tiene ma-
yor predisposición a sufrir una serie de condiciones oculares como cataratas,
glaucoma neovascular o glaucoma de ángulo abierto. Es por ello importante
que el óptico-optometrista informe al paciente de la relación que existe entre
el control de la diabetes y el desarrollo de complicaciones tanto a nivel ocular
como sistémico.
Es importante discutir el control de la glucosa con los pacientes diabéticos. La ins-
trucción de los pacientes sobre la importancia del control estricto de la glucemia
y de las concentraciones de hemoglobina glucosilada entra claramente dentro
del campo de actuación del óptico-optometrista. Hay que hacer hincapié en la
necesidad de disminuir los niveles de HbA1C para reducir el riesgo de retinopatía,
ya que un aumento del 1% en los niveles de HbA1C aumenta la progresión de la
retinopatía no proliferativa en un 44% en 10 años, mientras que para un paciente
con retinopatía proliferativa aumentaría la progresión un 145% en 10 años.
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