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EL ÓPTICO-OPTOMETRISTA
EN EL CONTROL DE LA DIABETES
El tratamiento farmacológico tiene que ser individualizado teniendo en
cuenta el benefi cio en el control glucémico, riesgos potenciales (hipogluce-
mias), edad del paciente, comorbilidad y coste, entre otros aspectos. La me-
tformina sigue siendo el mejor fármaco como primera línea de tratamiento.
No existe una única opción como segundo escalón en el tratamiento de la
DM2. Las distintas sociedades científi cas y guías de práctica clínica propo-
nen algoritmos terapéuticos que permiten adaptar la elección del segundo
fármaco en función del perfi l del paciente. En la actualidad se disponen de
distintas familias de fármacos antihiperglucemiantes: metformina, sulfonilu-
reas, meglitinidas, inhibidores de las alfa-glucosidasas, glitazonas, inhibido-
res de la dipeptidilpeptidasa 4 (IDPP-4), agonistas del receptor del péptido
similar a glucagón (a-GLP1), inhibidores del cotransportador de la bomba
de sodio/glucosa de tipo 2 (SGLT-2) e insulina: insulina rápida, insulina basal
e insulinas premezcladas (mezcla fi ja de insulina rápida e insulina basal). La
mayoría de los pacientes con DM2, en un momento u otro de la enfermedad
precisarán el uso de insulina, por ello, es importante que el paciente esté
informado y comience a conocer la enfermedad y su evolución desde el mo-
mento del diagnóstico.
1.8 ¿CUÁLES SON LAS COMPLICACIONES MICRO Y MACROVASCULARES
DE LA DM2 Y CÓMO DEBEMOS REALIZAR SU CRIBADO?
Las complicaciones crónicas de la DM2 se clasifi can en microvasculares (reti-
nopatía, nefropatía y neuropatía diabéticas) y macrovasculares (cardiopatía is-
quémica, enfermedad cerebrovascular y arteriopatía periférica). La macroan-
giopatía se relaciona de forma más evidente con la presencia de otros factores
de riesgo cardiovascular (hipertensión, dislipemia y tabaquismo). El abordaje
del paciente con diabetes debe ser sistemático y efi ciente, solicitar explora-
ciones adecuadas con el fi n de detectar las complicaciones crónicas micro y
macrovasculares. En la tabla 2 se muestran las exploraciones recomendadas,
con qué frecuencia deben realizarse y grado de evidencia.
¡ Retinopatía diabética. El cribado se lleva a cabo con cámara no midriática
de 45º (en la actualidad en algunas comunidades autónomas se disponen de
retinógrafos en el ámbito de la Atención Primaria de Salud). Se recomienda la
exploración 5 años después del diagnóstico en los pacientes con DM1 y en el
momento del diagnóstico en los que tienen DM2.
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