Libro blanco de la salud visual en EspaƱa 2022

El pasado 19 de julio se presentó en Madrid el Libro Blanco de la Salud Visual en EspaƱa 2022, un ambicioso proyecto editorial auspiciado por el Consejo General de Colegios de Ɠpticos-Optometristas, conjuntamente con la Sociedad EspaƱola de OptometrĆ­a y la Fundación Salud Visual, que suma ya su sexta edición y que se ha consolidado como una obra referente del sector.

El libro estĆ” dividido en tres partes.

1. Atención Primaria y Salud Visual

La primera sobre Atención Primaria y Salud Visual, en dónde se realiza un exhaustivo anÔlisis de impacto económico y social de la incorporación del óptico-optometrista a la atención primaria del SNS. Los autores toman, como elemento de anÔlisis, las derivaciones al oftalmólogo que realizan los médicos de familia y los pediatras de atención primaria por problemas de agudeza visual, que son mÔs de un millón de derivaciones al año. Esto tiene un impacto económico de mÔs de 70 millones de euros cada año, que podrían reducirse en mÔs de 50 millones de euros si nuestra atención primaria tuviera una dotación bÔsica de ópticos-optometristas o bien se realizaran acuerdos para la derivación de estos pacientes a los establecimientos sanitarios de óptica.


TambiĆ©n en esta primera parte, segĆŗn los resultados de una encuesta realizada por la Sociedad EspaƱola de MĆ©dicos de Atención Primaria (SEMERGEN) en colaboración con el Consejo General de Colegios de Ɠpticos-Optometristas, el 75% de los mĆ©dicos de atención primaria (MAP) opina que la demanda asistencial por problemas relacionados con la visión es muy o bastante frecuente; el 80% cree que la cartera de servicios diagnósticos y/o terapĆ©uticos en lo referente a la visión en atención primaria es insuficiente y el 93% manifiesta de forma contundente que no tiene las herramientas necesarias para valorar el estado de la visión de sus pacientes. Dos de cada tres derivaciones a oftalmologĆ­a son por problemas refractivos; por ello, el 91% de los MAP considera que estas derivaciones suponen una sobrecarga de trabajo para ellos y/o para los oftalmólogos. Los MAP consideran casi de forma unĆ”nime, en un 88%, que el profesional idóneo para una valoración del estado refractivo o de la visión binocular es el óptico-optometrista, frente a solo un 12% que opina que es el oftalmólogo. Ninguno de los encuestados considera que el personal de enfermerĆ­a debe ser la primera opción.


2. HÔbitos y actitudes de la población española en salud visual

EstÔ sustentada en un estudio cuantitativo realizado a la población española mediante 800 encuestas telefónicas, en el que se han comparado algunos resultados con los obtenidos en 2017 y se han añadido algunas cuestiones sobre el impacto de la Covid-19. En este sentido, el 31% de los encuestados considera que el periodo de confinamiento afectó de forma negativa a su salud visual.


En esta oleada, tres de cada cuatro españoles (76%) manifiesta tener problemas de salud visual, fundamentalmente miopía, hipermetropía o astigmatismo. Lo cual supone una subida de mÔs de nueve puntos respecto a 2017 (67%). Resulta significativo que un 9% de los ciudadanos que manifiestan tener algún problema de salud visual, no utilizan ningún sistema de compensación, como gafas o lentes de contacto.


Si tomamos como referencia a la población que manifiesta no tener ningún problema de salud visual (24%), y les preguntamos que dónde acudirían en primer lugar, el 26% lo haría a un establecimiento sanitario de óptica (diez puntos mÔs que en 2017). La elección de centros de salud ha bajado en catorce puntos y la de oftalmólogos privados también ha bajado en cinco puntos, respecto a 2017. Este cambio probablemente sea debido a que el 63% de la población durante el confinamiento percibió que los establecimientos sanitarios de óptica fueron un servicio esencial de fÔcil acceso, frente al colapso del sistema sanitario público y privado.


En esta oleada, los que se revisan periódicamente (70%) lo hacen mayoritariamente en establecimientos sanitarios de óptica, 47% (siete puntos mÔs que en 2017), un 27% en oftalmólogos privados (seis puntos menos que en 2017) y solamente un 12% en centros de salud (ocho puntos menos que en 2017). Hay que destacar que aún tenemos un 30% de la población que no revisa nunca su visión, lo cual supone un grave problema de salud pública.


Al 85% de los españoles le parece bien/muy bien que ante un problema de salud visual, antes de que su médico lo derive al oftalmólogo, hubiera un óptico-optometrista que lo atendiera. Fundamentalmente por evitar listas de espera, accesibilidad, cualificación y comodidad.


3. Los retos de la optometrĆ­a

Se plantean los desafíos científicos, políticos u organizativos que tiene la profesión en un futuro próximo. La integración de los ópticos-optometristas en el Sistema Nacional de Salud, en los niveles de atención primaria y secundaria, es el primero de ellos. Nuestro sistema sanitario público necesita una profunda transformación, sobre todo en atención primaria que se encontraba desbordada y colapsada por los cambios producidos en los patrones salud/enfermedad, cronicidad y pluripatología. Ningún cambio serÔ eficiente sin tener en cuenta una profunda reforma de la estructura del sistema, para lo cual serÔ necesario contar con los ópticos-optometristas.

Libro blanco de la salud visual en EspaƱa 2022

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