Aunque la gran mayoría de gafas premontadas que se comercializan en farmacias cumplen con las garantías de calidad europeas,
hay que tener en cuenta que, al no pasar el usuario por las pruebas optométricas adecuadas y obviar que no todos los ojos son idénticos, en pocas ocasiones lo son, estos productos no están fabricados con los parámetros adecuados que son esenciales para una calidad visual óptima del usuario présbita, como la distancia interpupilar, compensación de anomalías binoculares, astigmatismos, etcétera. Destacar que las lentes de las gafas premontadas tampoco cuentan con la determinación exacta y objetiva de la visión de cada paciente en particular, así como sus demandas visuales. Todos estos datos se consiguen tras la realización por parte de un óptico-optometrista de un examen completo y minucioso a cada paciente en un centro especializado en salud visual, bien sea en establecimientos sanitarios de óptica, gabinetes optométricos o centros oftalmológicos.