Las ilusiones ópticas son, sin lugar a dudas, la parte de nuestra disciplina que causa más sorpresa e interés al gran público. La posibilidad de que uno de nuestros sentidos pueda ser engañado mediante dibujos siempre ha causado asombro.
Pero las ilusiones ópticas no sólo se han usado como mero divertimento. En el mundo del arte y, concretamente, dentro de la pintura, numerosos artistas han experimentado y utilizado diversas ilusiones ópticas que pretendían engañar a nuestros sentidos.
La R.A.E. define el término ilusión de la siguiente manera: “Concepto, imagen o representación sin verdadera realidad, sugeridos por la imaginación o causados por engaño de los sentidos”. Como podemos inferir, una ilusión óptica es toda aquella imagen que engaña a nuestro sentido de la vista, haciéndonos ver cosas que no son lo que parecen.
En el presente artículo vamos a abordar dos ilusiones ópticas que se aprovechan de la forma que nuestros fotorreceptores procesan las imágenes. En un caso trataremos el procesamiento del color y en el otro el procesamiento de la imagen.
El ojo humano es capaz de ver “hasta 10 millones de colores en unas determinadas condiciones de observación”1 y podemos asegurar que, a pesar de las convenciones, cada persona ve los colores de una forma sutilmente diferente al resto de personas que le rodean. Pero, además, nuestro sistema visual se ve afectado por varias ilusiones ópticas respecto a los colores, en donde influyen aspectos como la iluminación o los colores que estamos observando.
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Representación pictórica de las ilusiones ópticas