Según las estadísticas, las lentes de cerca de un 80 por ciento de los doce millones de gafas de sol vendidas en España durante el 2005, no han pasado por ningún control de calidad.
Esta importante cifra ha traído consigo un aumento considerable de la cifra del número de personas con problemas oculares, producidos por la dispersión de los rayos ultravioleta en la nieve o en las playas y la ausencia de filtros de protección solar de buena calidad en dichas lentes.
Por todo ello, los habitantes de lamayoría de las provincias españolas -en donde el sol luce durante un gran número de días al año-, tienen un alto riesgo de padecer problemas oculares y visuales.
Es fundamental la utilización de lentes con filtros especiales que respondan como mínimo a dos finalidades prioritarias: impedir que lleguen al ojo las radiaciones dañinas, como son el infrarrojo y el ultravioleta, y reducir la intensidad de las radiaciones visibles para evitar el deslumbramiento y proporcionar una visión nítida y confortable. Sólo las gafas de sol adquiridas en establecimientos sanitarios de óptica, bajo el consejo y prescripción de su óptico-optometrista, podrán garantizar la calidad de los filtros y la salud visual y ocular del usuario durante su uso.