Lentes de contacto

¿Puedo usar lentes de contacto?

Gracias a la incorporación de nuevos materiales de fabricación y de nuevas tecnologías de diagnóstico de los defectos visuales, ya es posible crear lentes de contacto adaptadas a las necesidades de cada persona.

Si has decidido usar lentes de contacto, debes saber que previamente tendrás que pasar por una serie de pruebas visuales y exámenes oculares, que son casi los mismos que las que el óptico-optometrista realiza en las revisiones optométricas rutinarias, incorporando únicamente aquellas pruebas concretas que tienen el fin de descartar factores que no permitirían la utilización de este tipo de lentes, como enfermedades oculares de la córnea, poca cantidad de lágrima, baja calidad de lágrima, etcétera.

Unas breves preguntas
Lo primero que hará el óptico-optometrista, antes de comenzar con las pruebas clínicas, será preguntarte sobre unas serie de cuestiones básicas para conocer cuáles son tus necesidades visuales, según las actividades que desarrolles, y qué tipo de lente será la más idónea para ti. En esta historia clínica, el especialista anotará el motivo de la visita, los antecedentes oculares personales y familiares y el motivo que te impulsa a utilizar lentes de contacto.
Por supuesto, el óptico-optometrista también tendrá en cuenta si estás siguiendo algún tratamiento farmacológico (con corticoides, por ejemplo) y si padeces enfermedades como la diabetes o trastornos como el ojo seco, en cuyo caso podría estar contraindicado el uso de lentes de contacto.

La opción más adecuada
Para determinar qué tipo de lentes son las idóneas para ti, el óptico-optometrista requerirá hacer una serie de exámenes adicionales al examen optométrico convencional. Dependiendo de la dioptrías que tengas, las medidas de los radios de los ojos, la cantidad y calidad de tu lágrima y el uso que vayas a hacer de las lentes, el óptico-optometrista te recomendará un tipo u otro.

¿En qué consiste el examen ocular?
• Refracción objetiva y subjetiva: el examen completo de la agudeza visual de un posible candidato a lentes de contacto, bien sea miope, hipermétrope, astígmata o présbita, resulta fundamental para decidir el tipo que se va a adaptar, seleccionar la potencia de las lentes y así conseguir una buena visión a cualquier distancia.
• Biomicroscopía: es importante realizar una valoración de la superficie ocular para detectar posibles alteraciones en ella. Se emplea un instrumento denominado biomicroscopio. El óptico-optometrista analizará la salud de toda la superficie corneal, la cantidad y calidad de la lagrima, entre otros aspectos.
• Queratometría: esta prueba optométrica permite seleccionar los radios de la lente de contacto y también medir el astigmatismo corneal (fundamental para optar por un tipo u otro de lente de contacto). El óptico-optometrista podrá realizar una topografía corneal, que es un mapa detallado “en altura” de la forma de la superficie de la córnea. Analizado este mapa por un ordenador, sabremos si existen anomalías superficiales.
• Examen de la órbita ocular y de los párpados: el especialista observará el tamaño y forma de la órbita, así como el borde y el estado de la piel de los párpados, con el fin de descartar posibles infecciones producidas por bacterias u hongos.
• Aberrometría ocular y corneal: se suele realizar en casos especiales.

 

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