Las caídas pueden estar provocadas por muchos factores, como la pérdida del equilibrio atribuible a una enfermedad o a nuestra condición física, los efectos secundarios de ciertas medicaciones o una visión o audición deficientes.
El porcentaje de personas mayores que sufren caídas es muy alto. De hecho, constituyen una de las principales causas de muerte por lesión a partir de los 65 años.
Las personas con deficiencias visuales tienen el doble de posibilidades de sufrir caídas que el resto, al ver reducida su estabilidad y detectar peor los obstáculos. En este apartado, hay mucho que podemos hacer, ya que una mala calidad visual, al igual que una caída, no es una consecuencia inevitable del envejecimiento.
Cambios asociados a la edad
A medida que pasan los años, nuestro sistema visual experimenta una serie de cambios. Notamos, por ejemplo, que nos cuesta más tiempo adaptarnos a condiciones de iluminación cambiantes, que necesitamos encender más lámparas para ver bien o que nuestro campo de visión se reduce. Y eso sin olvidar la presbicia o vista cansada, que vuelve borrosos los objetos cercanos.
Además, la madurez trae consigo un aumento de las probabilidades de sufrir enfermedades oculares como las cataratas, la degeneración macular asociada a la edad, la retinopatía diabética y el glaucoma, responsables de muchos casos de baja visión.
La buena noticia es que no hay por qué resignarse: las visitas periódicas al óptico optometrista nos ayudan a detectar e identificar todos estos problemas y a buscar las soluciones adecuadas, incluso en casos de pérdida visual avanzada. De este modo, podremos seguir disfrutando de una excelente calidad de visión durante años.
Consejos anti-caídas
- Acude a realizarte un examen visual al menos una vez al año.
- Haz ejercicio con regularidad para aumentar tu fuerza y mejorar el equilibrio y la coordinación.
- Consulta si alguna de las medicaciones que tomas puede provocar somnolencia o mareos.
- Levántate despacio tras estar sentado o acostado.
- No camines descalzo o en zapatillas sin suelas de goma.
- No te olvides de las gafas de sol y los sombreros cuando estés al aire libre.
- Mejora la iluminación de tu casa.
- Minimiza los riesgos: coloca pasamanos en las escaleras, mantén las zonas de paso libres de obstáculos, sujeta las alfombras para evitar que se deslicen, etcétera.
- Incrementa el contraste de tu entorno, escogiendo colores fuertes para ciertos elementos.
- Si normalmente utilizas progresivas o bifocales, no es mala idea contar también con unas gafas de lejos para el exterior.