Tanto en centros de salud como en hospitales el óptico-optometrista podría hacerse cargo de los exámenes visuales, los controles periódicos de los pacientes con patologías oculares diagnosticadas y en prescribir las mejores soluciones optométricas a cualquier edad.
Tanto en centros de salud como en hospitales el óptico-optometrista podría hacerse cargo de los exámenes visuales, los controles periódicos de los pacientes con patologías oculares diagnosticadas y en prescribir las mejores soluciones optométricas a cualquier edad.
“El óptico-optometrista es un especialista graduado universitario que indiscutiblemente debería formar parte de los departamentos de Oftalmología y Optometría de todos los Centros Públicos de Salud y hospitales españoles, como así sucede desde hace tiempo en otros países desarrollados”, destaca Juan Carlos Martínez Moral, presidente del Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas (CGCOO).
Esta demanda de los ópticos-optometristas españoles, en igualdad de condiciones que el resto de profesionales sanitarios, se fundamenta en su alta formación, experiencia clínica y también por la circunstancia de que, según datos de la ONCE, el 70% de las visitas a las consultas de oftalmología de los centros de salud públicos están vinculadas a la revisión periódica de la salud visual, un hecho que aún hoy provoca largas listas de espera en muchas comunidades autónomas de nuestro país. En la actualidad hay más de 150.000 pacientes que engloban estas listas de espera, siendo Oftalmología una de las especialidades con mayor demora. “Estos datos vienen a significar que la mayor parte de estas citas en centros sanitarios públicos pueden ser atendidas por un óptico-optometrista, completamente formado y capacitado para atender a estos pacientes. Por lo tanto, la incorporación del óptico optometrista al Sistema Público Sanitario debe ser una prioridad de las distintas administraciones públicas sanitarias, con el fin de mejorar la Salud Visual de los ciudadanos”, destacó el presidente del Consejo.
De forma general, la Sanidad Pública no contempla la figura del óptico- optometrista dentro del sistema público. “En las clínicas oftalmológicas y consultas privadas, sí colabora en la inmensa mayoría de ellas el óptico-optometrista. Bien es cierto que existen ópticos-optometristas en centros públicos, pero son pocos casos y siempre la iniciativa la ha tomado la gerencia de estos centros, y su reconocimiento profesional dentro del organigrama sanitario varía entre los mismos. Un ejemplo de la eficacia de los ópticos-optometristas lo encontramos en los convenios que se han firmado en diferentes comunidades autónomas que han firmado convenios entre los respectivos Servicios de Salud y los Colegios de Ópticos Optometristas, que permiten derivar pacientes a establecimientos sanitarios de óptica para ser atendidos. Esto ha supuesto un descenso porcentual muy significativo de las listas de espera”, explicó.
“El óptico-optometrista es un especialista graduado universitario que indiscutiblemente debería formar parte de los departamentos de Oftalmología y Optometría de todos los Centros Públicos de Salud y hospitales españoles, como así sucede desde hace tiempo en otros países desarrollados”, destaca Juan Carlos Martínez Moral, presidente del Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas (CGCOO).
Esta demanda de los ópticos-optometristas españoles, en igualdad de condiciones que el resto de profesionales sanitarios, se fundamenta en su alta formación, experiencia clínica y también por la circunstancia de que, según datos de la ONCE, el 70% de las visitas a las consultas de oftalmología de los centros de salud públicos están vinculadas a la revisión periódica de la salud visual, un hecho que aún hoy provoca largas listas de espera en muchas comunidades autónomas de nuestro país. En la actualidad hay más de 150.000 pacientes que engloban estas listas de espera, siendo Oftalmología una de las especialidades con mayor demora. “Estos datos vienen a significar que la mayor parte de estas citas en centros sanitarios públicos pueden ser atendidas por un óptico-optometrista, completamente formado y capacitado para atender a estos pacientes. Por lo tanto, la incorporación del óptico optometrista al Sistema Público Sanitario debe ser una prioridad de las distintas administraciones públicas sanitarias, con el fin de mejorar la Salud Visual de los ciudadanos”, destacó el presidente del Consejo.
De forma general, la Sanidad Pública no contempla la figura del óptico- optometrista dentro del sistema público. “En las clínicas oftalmológicas y consultas privadas, sí colabora en la inmensa mayoría de ellas el óptico-optometrista. Bien es cierto que existen ópticos-optometristas en centros públicos, pero son pocos casos y siempre la iniciativa la ha tomado la gerencia de estos centros, y su reconocimiento profesional dentro del organigrama sanitario varía entre los mismos. Un ejemplo de la eficacia de los ópticos-optometristas lo encontramos en los convenios que se han firmado en diferentes comunidades autónomas que han firmado convenios entre los respectivos Servicios de Salud y los Colegios de Ópticos Optometristas, que permiten derivar pacientes a establecimientos sanitarios de óptica para ser atendidos. Esto ha supuesto un descenso porcentual muy significativo de las listas de espera”, explicó.