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Los ópticos optometristas aconsejan extremar el cuidado de los ojos en las piscinas

Picor, quemazón, enrojecimiento, sensación de cuerpo extraño y lagrimeo excesivo pueden ser síntomas de conjuntivitis causada por el contacto directo con el agua del mar y de las piscinas. Los especialistas recomiendan el uso de gafas de sol y de natación para proteger los ojos durante el verano.

Además de cuidar la piel, con la llegada del verano también es importante acordarnos de nuestros ojos. Exponerlos a la sequedad del aire y al agua del mar o de las piscinas puede desembocar en diversos problemas oculares, entre los que destaca la conjuntivitis, la patología más común. La conjuntivitis es una inflamación o infección de la conjuntiva frecuente que puede estar causada por virus o bacterias o deberse a una reacción alérgica a agentes irritantes, como el cloro y otras sustancias químicas del agua de las piscinas, o a los componentes de cosméticos u otros productos que entran en contacto con los ojos.

Desde el Colegio de Ópticos-Optometristas de Castilla y León (COOCYL), del que forman parte 107 profesionales de Salamanca, se enumeran algunos síntomas que alertan de la existencia de una conjuntivitis, como picor, quemazón, enrojecimiento, fotosensibilidad, sensación de cuerpo extraño en el ojo y lagrimeo excesivo. Una de las claves para prevenirla es cuidar la higiene, sobre todo en el caso de los usuarios de lentes de contacto, las personas que padecen ojo seco y, especialmente, los niños.

Gafas de natación o buceo

“La zona más expuesta del ojo a las alteraciones climatológicas y ambientales es la conjuntiva, que no deja de ser tejido epitelial. Por eso, quizás el problema más recurrente en esta época sea la conjuntivitis en todas sus variantes, tanto las alérgicas, motivadas, entre otras causas, por la sobreexposición solar sin protección o por alérgenos ambientales (polvo, pasto, polen, etc.) que provocan su inflamación -asociada a lagrimeo, enrojecimiento o sensación de cuerpo extraño-, como las conjuntivitis infecciosas causadas por virus, bacterias u otros agentes que pueden encontrarse en zonas comunes de baño”, explica Mariano Luengo Sánchez, delegado del COOCYL en Salamanca.

En relación a esto, la secretaria general de la institución colegial, Ana Belén Cisneros, recuerda que, en el caso de las piscinas, “el cloro es un desinfectante muy irritante que puede producir conjuntivitis al estar en contacto con los ojos de forma continuada y directa”, por lo que siempre es recomendable el uso de gafas de natación, “sobre todo en los niños, ya que son los que más tiempo pasan bañándose y bajo el agua”.

El representante de los ópticos-optometristas de Salamanca insiste en esta idea, e indica que si el agua de una piscina no tiene el tratamiento adecuado, “la contaminación por agentes externos de otros bañistas también puede afectar a la conjuntiva”. Para reducir este riesgo “es recomendable el uso de gafas acuáticas –imprescindible si se utilizan lentes de contacto-, ya sean neutras o con graduación”, recalca.

La protección con gafas de natación también es importante en el mar, y tanto en la playa como en la piscina resultan indispensables unas gafas de sol con filtros que cumplan con todas las garantías. “Normalmente, en estas zonas se suele producir una sobrexposición solar que, asociada a la reflexión de la luz sobre el agua, hace que la radiación llegue más directamente al ojo. Para minimizar los riesgos se hace imprescindible el uso de cristales que filtren el ultravioleta, mejor aún si son polarizados y con tratamiento antirreflejante en su cara interna”, destaca Luengo Sánchez.

Por otro lado, los ópticos-optometristas de la provincia señalan que la sequedad del ambiente propia de la época estival provoca una mayor evaporación de la lágrima y aumenta la sensación de ojo seco, algo que también ocurre con el aire acondicionado.
En definitiva, los mayores enemigos para los ojos durante el verano son el sol, por la radiación ultravioleta; el agua de las piscinas, que puede provocar conjuntivitis víricas o irritativas asociadas al cloro o a otros agentes infecciosos; y el calor, por la sequedad en los ojos producida por el aire acondicionado.

Seis consejos para prevenir la conjuntivitis

1 – Evitar el contacto de los ojos con el agua de las piscinas y del mar, utilizando gafas para nadar y bucear.
2 – No tocar o frotarse los ojos.
3 – Lavarse las manos con frecuencia.
4 – Cambiar las toallas diariamente y procurar no compartirlas con otras personas.
5 – Llevar gafas de sol para protegerse de la radiación ultravioleta, el polvo y otras partículas en suspensión.
6 – No usar los cosméticos de otra persona ni demás objetos para el cuidado personal.  

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