Un estudio llevado a cabo por investigadores del Hospital Ocular y del Oído de Massachusetts en Boston (EE.UU.) describe una técnica para diagnosticar la DMAE de forma temprana a partir de un simple análisis de sangre. Un hallazgo que permitirá un abordaje más preciso de los pacientes e, incluso, desarrollar tratamientos más eficaces frente a la misma.
A día de hoy se han identificado distintos factores genéticos y ambientales –caso de la dieta y el hábito tabáquico– asociados a un mayor riesgo de DMAE. Sin embargo, aún no se encuentra disponible ningún modo realmente ‘fiable’ para identificar a los pacientes en riesgo de desarrollar la enfermedad, incluidos aquellos que acabarán perdiendo completamente su capacidad visual.
En este contexto, cabe recordar que cualquier proceso que tiene lugar en el organismo deja una ‘huella molecular’ en la sangre. Y es que todos los procesos químicos que llevan a cabo las células, esto es, el ‘metabolismo celular’, requiere del empleo de moléculas denominadas ‘metabolitos’ que en último término son liberadas en el torrente circulatorio. También en el caso de las células ‘enfermas’. Así, la metabolómica es el estudio de los metabolitos en una muestra –en este caso, en la sangre.
Como indica Ines Lains, co-autora de la investigación, «nuestro trabajo hemos utilizado una técnica denominada metabolómica, que no es sino el estudio de unas pequeñas partículas llamadas metabolitos que se encuentran en nuestro organismo y reflejan nuestros genes y el ambiente. El metaboloma, esto es, el conjunto de metabolitos presentes en un individuo, representa el estado funcional real de las enfermedades complejas».
Para llevar a cabo la investigación, los autores analizaron las muestras sanguíneas obtenidas de 90 pacientes con DMAE en distintas fases –30 en fase muy precoz; 30 en fase intermedia; y 30 en fase tardía– y las compararon con las de 30 voluntarios sin la enfermedad. Los resultados describen 87 metabolitos –en su mayoría relacionados con las vías metabólicas de los lípidos– cuyos niveles diferían significativamente en función de que el participante tuviera o no DMAE. Unos hallazgos, por tanto, que posibilitan, cuando menos en teoría, descartar o detectar precozmente la enfermedad según el perfil de los metabolitos en sangre del paciente.
En definitiva, el estudio abre la puerta a la detección, por fin, de la DMAE ya desde sus fases iniciales. Y a partir de un mero análisis de sangre. De hecho, los autores consideran que su trabajo contribuirá al inicio de una era de medicina personalizada en el tratamiento de esta enfermedad.
Como concluye Deeba Husain, co-autora de la investigación, «nuestro estudio ofrece un biomarcador novedoso para el diagnóstico precoz y nos muestra la vía para diferenciar entre los pacientes que progresarán y los que no. Un trabajo que, asimismo, nos proporciona una visión el importante papel que juegan los lípidos en la DMAE, lo que también nos ofrecerá dianas para el tratamiento en las fases tempranas de la enfermedad y, así, preservar la visión de los afectados».