La profusión con que aparecen en la literatura médica antigua remedios para las afecciones oculares muestra la prevalencia que estas tuvieron en la Roma antigua. Escritores y médicos como Plinio, Celso, Galeno, Dioscórides o Escribonio Largo durante el Alto Imperio, o Marcelo Empírico y Oribasio durante el Bajo Imperio dedicaron gran parte de su obra a transmitir información sobre el efecto de sustancias de distinta naturaleza y el modo en que debían ser preparadas y aplicadas al enfermo para procurar su curación.
El término “collyrium”
o colirio, en la actualidad el modo de aplicación
tópico de los fármacos oculares, es una latinización de
la palabra griega Kollourion. Se empleaban no solo
para tratar las enfermedades oculares sino también
condiciones que afectaban a otras cavidades del organismo.
Actualmente se reconoce al colirio como una
forma farmacéutica en solución o suspensión.
o colirio, en la actualidad el modo de aplicación
tópico de los fármacos oculares, es una latinización de
la palabra griega Kollourion. Se empleaban no solo
para tratar las enfermedades oculares sino también
condiciones que afectaban a otras cavidades del organismo.
Actualmente se reconoce al colirio como una
forma farmacéutica en solución o suspensión.
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