Un dispositivo de cabecera electrónico que mide los movimientos del ojo podría utilizarse para predecir los accidentes cerebrovasculares.
Según los resultados de un pequeño estudio dirigido por investigadores de Johns Hopkins Medicine en Baltimore (Maryland, Estados Unidos), y publicado en la revista Stroke, esta técnica permite determinar si la causa de intensos mareos continuos se debe a un ictus o responde a una condición benigna. David Newman-Toker, profesor asociado de Neurología y Otorrinolaringología en la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, afirma que, en caso de que estudios posteriores confirmen estos resultados, el dispositivo podría funcionar como el equivalente a un electrocardiograma, es decir, una prueba sencilla, no invasiva y de rutina para descartar el infarto de miocardio en pacientes con dolor torácico. Una de esas pruebas, conocida como la prueba principal de impulso horizontal, es el mejor predictor de infarto. Para llevarla a cabo, los médicos o técnicos piden a los pacientes que busquen un blanco en la pared y mantengan sus ojos en la meta mientras los médicos les mueven la cabeza de un lado a otro.