La retinopatía diabética es la principal causa de ceguera en edad laboral. De hecho, el 23% de los pacientes con diabetes desarrollarán esta patología 5 años después del diagnóstico. Sin embargo, según datos ofrecidos por la Federación Española de Diabetes solo entre un 20 y un 30% de diabéticos se somete a una revisión anual de retina.
A pesar de ser la primera causa de ceguera irreversible en edad laboral, curiosamente la retinopatía diabética es también una afección visual evitable si se logra detectar y tratar a tiempo, logrando evitar la pérdida grave de visión en la mayoría de los casos.
La retinopatía diabética afecta a la retina de los pacientes que tienen diabetes, haciendo que los vasos sanguíneos que suministran sangre a la retina se lesionen por el alto nivel de azúcar, volviéndose frágiles. Esto provoca edema o hemorragias que derivan en pérdida de agudeza visual. Tanto las personas con diabetes tipo 1 como con diabetes tipo 2 están en riesgo de padecer esta afección, siendo cuatro veces más frecuente en los diabéticos tipo 1.
La retinopatía diabética implica un coste superior a los 7.000 euros anuales por paciente con retinopatía diabética que padezca ceguera, asociado a la pérdida de productividad. Además del coste económico, la ceguera tiene una serie de implicaciones sociales que transcienden más allá de su propia discapacidad como son la depresión, la dificultad para llevar una vida normal, la falta de adaptaciones en los puestos de trabajo y la dificultad para incorporarse al mercado laboral.
Aunque la retinopatía diabética puede pasar inadvertida hasta una fase muy avanzada de la enfermedad porque sus síntomas pueden ser imperceptibles, los más frecuentes son: visión borrosa o con manchas, distorsión de la imagen, dificultad para leer o ver de cerca y pérdidas graves de agudeza visual en caso de hemorragias masivas.
Fuente: goo.gl/FcsqGh