Lo más importante es la adaptación de unas lentes de calidad, a ser posible de policarbonato, el material más recomendable para unas gafas infantiles, tanto por su durabilidad y su altísima calidad óptica, como por su resistencia a golpes y rayados.
Después, la edad, la forma de la cara, la distancia interpupilar, el tamaño del puente y la distancia entre el frente y la varilla son los factores anatómicos más importantes que se deben tener en cuenta a la hora de buscar unas gafas adecuadas. Además de los factores anatómicos están los estéticos, que hoy resultan muy importantes en un mundo donde la estética y la moda son básicas. En la actualidad, grandes diseñadores y compañías especializadas realizan diseños de monturas específicos para las demandas de los más pequeños, jugando con formas (rectangulares, redondas, pequeñas, ovaladas…), miles de colores y estilos, e incluso personalizando las monturas con alguno de sus personajes favoritos.
En cuanto a materiales, hoy día existen monturas de plástico, que aunque no son muy estéticas, hacen sentir a los padres de familia más tranquilos sobre la forma en la que sus hijos pueden tratar las gafas. Son considerados muy resistentes y son los mejores para bebés que necesiten corrección desde sus primeros años.
De otro lado, están los metálicos como el titanio y el acero inoxidable. El primero, es por su flexibilidad y durabilidad, uno de los materiales más comunes en las monturas infantiles de hoy en día y es uno de losmás recomendados por los ópticos-optometristas. El acero inoxidable es liviano y fuerte, y resiste bien el trato que le dan los niños en todo momento.
Las monturas deben ser antialérgicas, presentar puentes anatómicos y varillas recubiertas en plástico.
También es importante esclarecer si el niño practica deportes de manera frecuente, ya que de estas actividades dependen las gafas que escoja.