Un equipo de investigadores de la Universidad de Akron (Estados Unidos) ha demostrado la eficacia de unas lentes de contacto que detectan la glucosa a través de las lágrimas.
El doctor Jun Hu, profesor asociado de Química en Akron, compara el funcionamiento del sistema con el “papel de pH de los laboratorios escolares”, cuyo tono se altera según el líquido que se le aplique. En el pasado, otras instituciones ya habían avanzado terreno con soluciones similares, en las que, por lo general, la complejidad tecnológica era superior. No obstante, en este caso, el paciente no tiene más que situarse ante un espejo para darse cuenta de que su
lente ha variado.
Además, los responsables de esta innovación ya están diseñando una aplicación para teléfonos inteligentes que, tras fotografiar el ojo del enfermo, calcula la concentración de azúcar. Para Hu, el control de estos parámetros mediante las lágrimas es tan fiable como el que se efectúa con la sangre. Desde su punto de vista, esta modalidad no solo es más cómoda, sino que también acabará siendo más barata.